Cuando terminé de leer ‘Otra vuelta de tuerca’ (The Turn of the Screw, 1898), de Henry James, el corazón me dio un vuelco. Fue el colofón definitivo a una escalada de horror que pocos relatos son capaces de crear. Años después sigo pensando en ese momento, y me deslumbra comprobar que, con una mente más madura y habiendo experimentado en mis propias carnes situaciones vitales terribles, la sensación de intensa perturbación y escalofrío siga perdurando en mi interior con la fuerza arrolladora que solo las mejores historias son capaces de transmitir. (Sin spoilers)